Epílogo
De pequeña creía que los
unicornios existían. Miraba aquel mar de nubes que pintaban el cielo y dejaba
que mi imaginación soñara con ese mundo lleno de criaturas mágicas que
anunciaban en las películas.
Siempre confié en las
estrellas fugaces y su poder para cambiar las cosas, pero ahora, con 17 años
recién cumplidos, la realidad ha borrado cada pedazo de magia que lucían mis
ojos en el pasado.
Supongo que te preguntas qué
ha podido pasar para que una chica de tan solo 17 años piense así sobre la
infancia, puesto que recién acaba de pasarla. Pero ¿acaso la edad cuenta para
abandonar una etapa?
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